martes, 28 de julio de 2009

La Ermita del Niño de Mula


En el año 1648, según cuenta la leyenda, se le apareció Dios Niño a un pastor que estaba en ese momento con su ganado en un pequeño monte, en el paraje muleño de El Balate. Este pastor se llamaba Pedro Botía. Posteriormente ingresó en la orden franciscana.
En un viaje a los Santos Lugares se le volvió a aparecer Dios Niño en Asís, quien le indicó que volviese a España. Durante el viaje de regreso conoció al Conde de Lemus que le introdujo en la Corte madrileña, así llegó a ser consejero del hermano de Carlos II. Durante esos años logró la construcción del Real Monasterio de La Encarnación en Mula. Comenzaron los cultos al Niño en la ermita levantada próxima al lugar de la aparición, que no corresponde a la que ahora se visita, la actual fue edificada a finales del siglo XVIII en estilo Barroco murciano.

El culto al Niño de Mula ha sufrido altos y bajos a lo largo de su historia, por ejemplo, cuando muere Pedro de Jesús en 1717 muere el amor a la ermita que empieza a abandonarse y a desmoronarse. Será en 1737 cuando se funda oficialmente la Hermandad del Niño del Balate. Posteriormente, hasta 1924, el Niño cayó de nuevo en el olvido, hasta casi desaparecer. El amor a esta figura, tal y como lo conocemos en la actualidad, apareció despues de la Guerra Civil, con la unión entre la Iglesia y el Estado.
Curiosamente, la Iglesia Católica nunca ha admitido la veracidad del milagro del Niño de Mula, tan solo la ha consentido.

martes, 21 de julio de 2009

Las Iglesias del S. XVIII

Toda la comarca sufre cambios durante el siglo XVIII, debido a la imposición del nuevo gusto barroco ,y las iglesias no serán una excepción.

Como ya sabemos, la iglesia de Sto domingo de Guzman en Mula no pudo ampliarse mucho debido a su peculiar emplazamiento y lo que se creó en este siglo fué la Capilla del Rosario, de vocación mariana. Se realiza a espaldas del coro, dando la sensación de que la iglesia tiene 2 cabeceras enfrentadas, la de la capilla y la del altar mayor. Por este motivo se realiza un coro doble, para darle uso por ambas partes.

La capilla tiene planta de cruz griega, con una cúpula sobre pechinas. Las obras concluyeron hacia el año 1760. Posee un retablo de Juan Huescar.

En los años 60 del siglo XX la capilla sufrió un incendio, pero al estar construído en escayola solo se ahumó. El actual es una reconstrucción realizada en la década de los 90.

En este siglo se realiza también el retablo del altar mayor por José Navarro David hacia 1780. Al realizarse a finales de siglo se mezclaban elementos propiamente barrocos con otro ya neoclásicos como las columnas más estilizadas y corintias. Pero, con la guerra civil en 1936, fué destruído y quemado.
La iglesia de San Miguel Arcángel en Mula también sufrió remodelaciones. En el siglo XVII se abrió la puerta oeste, la actual, cuya portada, en mármol de Cehegín, se realizó a principios del XVIII. En el interior se conserva una magnífica cancela.

La iglesia de Ntra Sra del Carmen aparece con esta denominación a comienzos del siglo XVII, cuando la antigua iglesia de San Miguel quedó pequeña y hubo de ampliarse en un emplazamiento nuevo. Será a principios del XVIII cuando se lleve a cabo la obra de la actual iglesia, conservándose de la antigua solo la torre (construida a finales del XVI). También durante el XVIII, y de acuerdo con el gusto barroco, se abrió la plaza de acceso al templo, derribándose para ello parte de las casas particulares que existían, que se encontraban practicamente abandonadas por la población. Es un edificio con planta de cruz latina, de una nave con capillas laterales, cubierta con bóveda de cañón y lunetos. Debido a la orografía del terreno la orientación del edificio no es la usual en los templos cristianos, puesto que la capilla mayor está orientada al Norte y no al Este.


En el resto de iglesias de la comarca los cambios fueron similares, consistentes en adaptaciones características del gusto barroco.



martes, 14 de julio de 2009

Las iglesias del XVI en Mula y pedanías

Durante la Edad Media, Mula no crece apenas pero, a partir de la conquista de Granada (1492), se expandirá por los valles. Aprox. entre 1520-1540 serán años de bonanza económica y poblacional. Al crecer el pueblo, las parroquias se quedan pequeñas y, o se amplian o,se hacen nuevas.

En el caso de la Iglesia de Santo Domingo de Guzmán en Mula, la dificultad estaba en la imposibilidad de ampliación por su propia ubicación, bajo la montaña. De hecho, su planta es cuadrada en origen, precisamente por la falta de espacio por ambos lados. Lo que se hace es disfrazar la iglesia. La iglesia actual es del siglo XVI, aunque parece ser que construida sobre una antigua mezquita, y en el XVIII se realizan añadidos propios de la época.

Portada de arco de triunfo, con 3 hornacinas con las imágenes de Sto Domingo, San Francisco y San Pedro.Planta de una sola nave con capillas laterales. El interior se reformó totalmente en el siglo XVIII.

La Iglesia de San Miguel Arcángel no puede ampliarse por ninguno de sus lados y se decide construir una iglesia nueva en un lugar que se estaba creando en aquel momento, la plaza del ayuntamiento. Aunque ha sufrido varias ampliaciones en su historia.
No posee portada y la planta es de cruz latina con una sola nave, capillas laterales y ábside profundo. La cubierta de la nave central es una bóveda de medio cañón con lunetos y arcos fajones.
En origen, iban a construirse dos torres pero solo se hizo una por falta de presupuesto. Razón por la que la iglesia se quedó a medio construir durante algun tiempo, hasta que el obispo de Cartagena, Luís Belluga, ordenó que se terminara. En el interior, destaca una magnífica cancela, el artesonado y el púlpito de forja, aunque ya pertenezcan a los siglos XVII y XVIII.

Completamos la ruta por las iglesias de las pedanías de Fuente Librilla, La Puebla de Mula, Los Baños de Mula y Yechar.






Ermita de Los Baños e Iglesia de La Puebla de Mula








Iglesia de Yechar
Iglesia de Fuente Librilla




martes, 7 de julio de 2009

RUTA DEL MARQUESADO DE LOS VÉLEZ


Con esta ruta recorremos las posesiones de la familia Fajardo en la villa de Mula: el castillo, el palacio, el edificio de la audiencia y las tumbas.

Desde 1430 el adelantado de Murcia ,Alonso Yañez Fajardo, recibió de manos del mismo rey de Castilla el realengo de Mula. Y D Pedro Fajardo, que ya era Marqués de los Vélez desde 1507, asaltará el ayuntamiento de Mula expulsando a la vieja oligarquía.

El resentimiento durante años en Mula era notable y, aprovechando las revueltas del Movimiento Comunero de 1520 contra el rey de Castilla, los muleños se levantan contra el marqués, obligandolo a jurar respetar los privilegios de Mula. A partir de aqui, se empieza a construir el castillo y en 1524 ya está terminado, el mismo año en el que Carlos I declara nulo el juramento. La única función del castillo fué vigilar a los muleños.

El trazista fué Luís Fajardo. Consta de 3 partes principales: torre del homenaje, aljibe y la gran sala o plaza baja. El acceso se realiza a través de una parte de muralla islámica, la del albacar. Un pequeño patio es lo primero que nos encontramos, donde se recogía todo el agua que caía para conducirla al aljibe. Al lado, una sala con una gran chimenea donde la guarnición comía y dormía. Debajo las mazmorras.En la terraza un puente levadizo comunica con la torre del homenaje, de 3 plantas y una terraza almenada en origen. En cada piso una chimenea. El aljibe se construyó en roca viva, con un gran enlucido y una capacidad de unos 130 litros.

El palacio señorial data del Siglo XVIII y consta de una enorme extensión donde se ubicaba un gran jardín. No queda mucho conservado del palacio original debido a que, con los años, se dividió en propiedades particulares. Solo queda una estancia donde se encuentra la capilla y una puerta de acceso con arco y el escudo de la familia.

La Casa de Justicia o edificio de la Audiencia se encuentra en la plaza del ayuntamiento, lo que es ahora una casa particular. Como testimonio nos queda la portada en piedra de la almagra y una inscripción en color rojo donde podemos leer: AUDIENCIA.

El recorrido finaliza en las tumbas que se encuentran en la Iglesia de San Miguel, unas sepulturas que compraron los marqueses de los Vélez aprovechando su patronazgo ejercido en esta iglesia. Aunque nunca se enterraron en ellas, pudieron ser usadas para enterrar a gente cercana a la familia. Encontradas y restauradas recientemente, se pueden visitar ya que están al descubierto protegidas con un cristal especial.